(Informante: Adela Diaz de Puacura)
Iba una niña por las montañas
Iba diciendo, que hará mi amor
Tal vez el ingrato me habrá olvidado
Le ha dado a otra su corazón.
Correr el llanto por sus mejillas
En abundancia pronto corrió
La pobre niña desesperada
Busco su amante y no lo encontró.
Bajó de un árbol de verdes hojas
Rindiole el sueño lecho buscó
Y así llorando se lamentaba
Qué hará mi dueño, que hará mi amor.
Adiós mañana, dulce bien mío
Cuando en tus ojos se encienda el sol,
Yo estaré sola muerta de frío
Sola en las noches de mi dolor.
Adiós terrible, fiero destino
Se arrastra el llanto lejos de ti
Y así llorando por el camino
Si llantos quedan dentro de mí.
Al tercer día la hallaron muerta
Los pastorcillos de alrededor
Dentro e’ su pecho tenía el retrato
De aquel ingrato que la engañó.
Niña inocente tú no sabias
La triste historia de la pasión
El que suspira tanta turbanza
En el sepulcro del corazón.
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