Informante: Florencia Ulloa de Puchaurán
Recopilación: Amador Cárdenas
La leona fue la perdida
porque de ella no había consuelo;
se la fueron a pillare
merendándose un cordero.
Y fue el perro, como ligero,
el que "altiro" se la encontró;
y entonces ella se subió
en un palo de canelo.
Todo el pueblo se juntó
porque le iban a dar la muerte;
y entonce ella declaró
y declaró de esta suerte.
Me he comido veinte potrillos,
fuera de quince terneros;
y entre ovejas y corderos
me he comido ciento veinte.
De cabritas no digo na
porque es una bagatela;
que empuñándome una cabra
yo no tengo para una muela.
Cuando llego a los corrales,
mis dos ojos parecen velas;
y disparan los animales
al verme que soy tan fiera.
Aunque soy un animale,
también tengo mi destino;
si aquí me han de fusilare
ya con esta me despido.
Excelente
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